Las hipotecas salvaron los muebles en 2019 y, a diferencia de las compraventas, lograron cerrar el año con subidas.
Según los datos del INE, la formalización de préstamos para la compra de vivienda se quedó el año pasado en torno a 357.800 operaciones, lo que se traduce en el mejor dato en ocho años, tras subir un 2,7% interanual.
Se trata del repunte más leve desde que arrancó la recuperación económica y, viendo la evolución de las transacciones de viviendas, podríamos llegar a pensar que el mercado hipotecario está abocado a corto plazo a registrar números rojos. Sin embargo, los expertos de momento descartan ese escenario.
“La nueva ley hipotecaria que entró en vigor en junio está superada en cuanto a implementación y lo lógico es que este año se concedan más hipotecas, aunque todo está condicionado a que la previsible caída que sufrirán las transacciones de compraventa no sea elevada”, cree Juan Villén, responsable de idealista/hipotecas.
En esa misma línea, Enrique Benavides, gerente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), recalca que “los profundos cambios que introdujo la ley hipotecaria afectaron a todos los intervinientes, lo que supuso en los meses de julio y agosto una notable ralentización en la tramitación de los préstamos hipotecarios. Hoy en día, ya podemos considerar superada esa etapa y no cabe más que hablar de una normalización en la tendencia que ya venía apuntándose”. Y añade que dicha tendencia se traduce en “una ligera desaceleración del crecimiento, posiblemente influenciada por la situación económica y política del entorno”.
Por su parte, Mercedes de Miguel, directora de operaciones y responsable de research de Gesvalt, estima que “los últimos datos y con unas proyecciones macroeconómicas que pronostican un crecimiento que probablemente se sitúe cerca del 2%, siempre y cuando las condiciones de financiación actuales se mantengan”.
Por tanto, y al igual que en el caso de las compraventas y el precio de la vivienda, los expertos están convencidos de que 2020 va a ser un año marcado por la moderación y prudencia.
Más guerra hipotecaria
Otro factor que, según los expertos, va a marcar el ejercicio es que continuará el interés de los bancos por aumentar la concesión de hipotecas, en un momento en el que los bajos tipos de interés están lastrando su margen de negocio. Y esta apuesta que acabará beneficiando a los clientes.
En este sentido, José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), insiste en que “el objetivo de los bancos es seguir ayudando a sus clientes para que materialicen su principal decisión patrimonial: la compra de vivienda en propiedad. Y lo hacen bajo condiciones financieras muy favorables, en un entorno de elevada competencia y con la máxima seguridad jurídica. En el futuro, mantendrán la oferta de financiación, aunque la demanda dependerá de la evolución económica y del comportamiento del desempleo”.
El gerente de la Asociación Hipotecaria Española, por su parte, recalca que “cabe esperar con bastante certeza que, en un mercado altamente competitivo como el español, la presión sobre los precios y el tipo de interés siga siendo muy grande”, mientras que el responsable de idealista/hipotecas va un paso más allá e insiste en que “los bancos siguen compitiendo ferozmente por los clientes, por lo que seguiremos viendo precios muy competitivos y, sobre todo, posibilidad de negociación en algunos bancos por debajo de las condiciones publicitadas”.
De momento estamos viendo una multitud de ofertas de préstamos variables a un tipo de interés inferior al 1%, mientras que sus ‘rivales’ fijos se mueven por debajo del 2% (y por debajo de la media histórica del euríbor). En 2019, de hecho, el tipo de interés medio de las hipotecas ha marcado mínimos históricos.
Pero, además de estar ‘baratas’, las hipotecas cada vez son más completas. Por un lado, y como establece la nueva ley hipotecaria, las entidades financieras están obligadas a aportar una batería de documentación a los clientes, así como una oferta de la hipoteca con y sin bonificaciones (es frecuente que el banco baje el tipo de interés si el cliente domicilia la nómina o si contrata el seguro de hogar). Además, las entidades financieras también están reduciendo las comisiones y han dejado a un lado las cláusulas más polémicas.
Por todo ello, recalca Villén, “utilizar herramientas y servicios que permitan comparar ofertas e informarse sobre las opciones reales para caso cobra más importancia que nunca, y hay servicios gratuitos que ayudan a conseguir la mejor hipoteca”.
El tipo variable recobra fuerza
A la espera de ver si siguen bajando los tipos de interés de las hipotecas, los expertos anticipan un creciente interés de los consumidores por los préstamos variables.
Villén, por ejemplo, sospecha que “el tipo fijo podría haber tocado techo tras marcar máximos históricos durante el año pasado, porque el previsible alargamiento del período de tipos muy bajos está haciendo que muchos consumidores se decanten por las variables (que siguen suponiendo a corto plazo un ahorro relevante). Todo eso se hace más patente en operaciones de mayor importe y para clientes de rentas más altas, que se decantan más por las variables”..
Y es que no podemos olvidar que el Banco Central Europeo (BCE) mantiene el precio del dinero en la eurozona en el 0,0% (nivel en el que llevan ya cuatro años) y que no tiene prisa por volver a la normalidad monetaria. Tampoco se esperan grandes cambios en el euríbor, el indicador de referencia para la mayoría de las hipotecas en España, que continúa en terreno negativo y podría seguir por debajo del 0% al menos hasta 2022, según el consenso del mercado.
“Nada en el escenario económico europeo actual parece indicar que se vaya a producir un aumento de los tipos de interés en el corto plazo, por lo que es probable que la competencia entre las entidades financieras mantenga la estrategia actual y sigan ofreciendo tipos bajos. Y es muy posible que la situación del euríbor tenga un fuerte impacto en la elección del tipo de hipoteca por parte de los futuros compradores. Actualmente, y en una situación de mínimos históricos, todo parece apuntar que este indicador se mantendrá en valores negativos, lo que podría animar a los compradores a optar por una hipoteca de tipo variable, sobre todo si tienen la capacidad de amortizarla en pocos años”, concluye la directora de operaciones y responsable de research de Gesvalt.