Por poner un ejemplo muy gráfico: yo no entiendo, y me alegro enormemente, que Coalición Canaria haya negociado que los ERTE en el sector turístico en Canarias pues se mantengan durante todo el tiempo que sea necesario y no se recupere la actividad. Y para el resto del territorio nacional resulta que lo que está proponiendo el Gobierno es que los ERTE en el sector turístico solamente se prolongan hasta el 30 de junio. No se puede tratar discriminatoriamente a unas comunidades con respecto a otras. Eso es lo que está sucediendo, y lo que está llevando, muchas veces, a confrontación entre presidentes o vicepresidentes de comunidades autónomas completamente estériles. Pero esto es una provocación permanente, que estamos sufriendo desde hace ya dos meses. Y lo que estamos pidiendo es que se acabe con ella y que se den instrucciones claras y precisas. Mire usted: para pasar a la fase uno, o a la fase dos, usted tiene que cumplir con estos requisitos. O estas son las directrices y las instrucciones para saber si este año la gente se va a poder bañar en las playas o no. Y no dejarlo a criterio de los ayuntamientos, como por ejemplo deja el Gobierno de España en estos momentos con los borradores protocolizados que nos ha enviado en el día de ayer y que hoy [la entrevista se realiza el viernes a mediodía] tenemos que tomar una posición. Esto no puede hacerse, porque al final se provocan situaciones, con la tensión que todos tenemos que no se corresponden, muchas veces, con nuestra forma de pensar, siquiera. Así que no le doy mayor importancia a esas declaraciones de Paco que las que he trasladado. Fruto de que a lo mejor, a veces, no se piensan bien las cosas que se dicen.
Otros de los asuntos espinosos y polémicos en el calendario de desescalada, y donde hay opiniones para todos los gustos, es el del calendario escolar.
Aquí en Andalucía ya lo hemos dejado claro, la instrucción es que no se va a reanudar el curso escolar de forma presencial, ya lo anunció el consejero de Educación [el ex seleccionador nacional de baloncesto, Javier Imbroda, de Ciudadanos] por cuestiones, evidentemente, de seguridad. Porque la comunidad educativa considera que no puede volver a las aulas solo el 30% de los alumnos y el resto no. Igual que hemos decidido que haya tercera evaluación y que no se dé un aprobado generalizado porque lo que prima es el esfuerzo de los profesores, que han estado desde sus casas dando las clases a sus alumnos durante estos meses de confinamiento y por los alumnos, que han trabajado para sacar la mejor nota posible en su expediente académico. Hemos tomado decisiones desde las competencias que tenemos otorgadas. ¿En el ámbito del resto del país? Pues no sé las decisiones que cada comunidad autónoma va a adoptar.
Lo que sí sé es que el Gobierno de España ayer [este jueves] hablaba de la reincorporación a las clases a partir de la segunda quincena del mes de mayo en determinadas edades educativas, de infantil, de primaria, de secundaria, de Formación Profesional… y esto es lo mismo que decía antes, que yo creo que aquí el Gobierno sencillamente no se quiere mojar. En algo que no tiene las competencias. Y si usted no tiene las competencias pues coja y decrete un estado de alarma en otras condiciones, que lo puede hacer. Lo que no puede ser es que la pelota se la pase al tejado o de los ayuntamientos o de las comunidades autónomas, pero no le dé los recursos y a la vez le esté prohibiendo que hagan lo que ellos creen conveniente hacer.
Este estado de confusión está provocado por decisiones de un gobierno que realmente no van en la línea de velar por la seguridad y la igualdad de todos los españoles. Sino mirando, cada minuto, por el espejo retrovisor, a ver qué impacto mediático tiene la medida que voy a proponer y cuántos escaños me cuesta en el Congreso de los Diputados. Esto no va de escaños, en este momento. Las elecciones vendrán cuando tengan que venir. El señor Sánchez ya tiene el apoyo para gobernar y un acuerdo firmado con las fuerzas políticas con las que lo tiene. Por lo tanto, a partir de que se levante el estado de alarma, suponemos que va a seguir el mismo Gobierno y con los mismos apoyos. Pero mientras que dure el estado de alarma, usted tiene que tomar decisiones y no puede estar confundiéndonos permanentemente a las entidades que también tenemos responsabilidades. Puedo poner miles de ejemplos. Le decíamos al ministro de Sanidad hace más de tres semanas que no se podía mantener una propuesta de salida de los niños, de los menores de catorce años a la calle entre las doce del mediodía y las siete de la tarde en Andalucía. Por una razón muy sencilla, porque ahí fuera [se gira ostensiblemente y señala las ventanas de su despacho] ahora mismo, que son las once y cincuenta y cinco minutos, hace veintiocho grados, pero es que a las cuatro de la tarde hay cuarenta. Es algo sensato, razonable…
El ministro de Sanidad ya se abrió a modificarlo en la comisión parlamentaria, precisamente por la razón del calor.
En eso, igual que en el tema de los ERTE, e igual que en otros muchos asuntos que le hemos ido proponiendo, que nos han dicho no hasta que después han tenido que rectificar. Y enhorabuena, felicidades por rectificar, porque cada vez que rectifica acierta, señor Illa. Pero, ¿por qué no nos escucha? Es que es increíble. Mire que respeto y aprecio a la ministra de Turismo, a Reyes [Maroto] le tengo una aprecio muy especial, igual que a Isabel [Oliver], a la Secretaria de Estado. Pero no me pueden mandar unos borradores a las dos y diez de la tarde de ayer para que yo los valore esta tarde, cuando lo han consensuado, teóricamente, porque aquí no me llega esa información, con los agentes sociales. Yo creo que es mejor que me consulten, o que me pregunten qué opino, que le haga la propuesta y que después tomen la decisión que consideren, por supuesto que no me voy a meter en ella. Bueno pues esto, que es algo tan simple, si lo trasladamos a cualquier otro ámbito, no te puedes ni imaginar las dificultades. Esas no son formas.
No se puede poner en marcha, como anunció el presidente del Gobierno el sábado pasado en una rueda de prensa, sin haber hablado todavía con los presidentes autonómicos, unas ayudas de fondos no reembolsables de 16.000 millones de euros, donde en función del tramo de las ayudas cambian los criterios. Cuando previamente Illa, con todos los consejeros de Sanidad de España, había acordado una distribución del reparto en función del impacto de la pandemia en las CCAA y de un criterio poblacional. Si cuando llega el presidente, en una conferencia telemática con todos los presidentes de las comunidades autónomas, y de las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, y les da otros criterios diferentes, pues lógicamente crea confusión. Y crea dudas. Y en este momento hacen falta certezas, no dudas. Y Sánchez, cada vez que anuncia algo, genera dudas.
Lo estamos viendo cada minuto. Les propusimos unos horarios de salida de las personas mayores para que no coincidieran con los niños en la calle, y tuvieron que rectificar; les proponemos unos horarios de salida de los menores en Andalucía, al menos en Andalucía, yo sé que a lo mejor en Castilla y León no hace las temperaturas que hace aquí. Y ahora hay una presión en la calle, porque los niños no pueden salir con cuarenta grados de temperatura a la calle. Señor Sánchez: denos certezas, a las comunidades autónomas. A los ayuntamientos no se les puede decir que en el plan de playa va a ser responsabilidad del ayuntamiento. Porque hay quinientos municipios costeros y cada alcalde puede decidir una norma distinta.
Concretemos un poco, ya que usted tiene la cartera de Turismo entre sus competencias, la cuestión de las playas y del turismo en general en Andalucía. ¿Cómo va a ser este verano? En otras latitudes está siendo muy comentada, por ejemplo, la propuesta del alcalde de Sangenjo, una localidad bastante turística de Pontevedra, para que los bañistas mantengan la distancia de seguridad en la playa.
En primer lugar, no lo sabemos. Porque mire, precisamente [busca entre sus papeles hasta que saca uno y lo enseña] a las once y cero un minutos, hace ahora cincuenta y siete minutos. [Lee el texto] «Siguiendo indicaciones del gabinete de la ministra de Industria Comercio y Turismo le informamos que la hora de inicio de la reunión de la conferencia sectorial de Turismo se celebrará hoy, ocho de mayo, a las dieciocho y cuarenta y cinco» ¿Nosotros hemos hecho una propuesta? Sí, la hicimos hace veintiún días.
¿No hay respuesta concreta?
No sabemos si se van a poder abrir las playas. Lo razonable es que sí, y más cuando hay un informe del CSIC [Consejo Superior de Investigaciones Científicas] que dice que en el agua salada no hay probabilidad de contagio del virus. No lo digo yo.
Pero la distancia de los bañistas, y todo lo que hay alrededor de las playas, los chiringuitos, etc sería otra cuestión.
Los chiringuitos no saben cómo van a poder abrir todavía. Porque entre otras cosas los chiringuitos se tienen que acoger a un plan de playas que tienen que aprobar los ayuntamientos. Aquí tenemos desde Huelva, prácticamente, desde Villa Real de San Antonio [localidad del Algarve portugués] hasta Carboneras, Almería, ochocientos kilómetros de playa. Si cada alcalde va a proponer su fórmula… Porque claro, el plan de playa implica que cada ayuntamiento tenga que hacer la cuadrícula de su playa, establecer las dimensiones, los accesos, las medidas de seguridad… y después decir cómo se van a poner en marcha para abrir la playa o no, es competencia del ayuntamiento, que puede decir que no se abre la playa.
Si no hay playa no hay turismo en verano. ¿Te vas a venir de Madrid a Rota a meterte en un apartamento? No tiene ningún sentido. Igual que le dijimos a la ministra que no tenía ningún sentido que un restaurante o un chiringuito abriera con un 30% de posibilidades de ocupación en sus mesas. Porque nadie va a abrir un negocio con un 66% de pérdidas. Igual que le dijimos que los hoteles no iban a abrir si no había movilidad entre provincias.
Pero en el caso de la restauración, si hay que mantener por recomendación sanitaria la distancia de seguridad. ¿Cómo se hace eso sin reducir el aforo?
No se trata de no reducir el aforo. Se trata, igual que el ministro de Justicia [Juan Carlos Campo] ha hecho con la instrucción que ha mandado sobre cómo se reincorporan los funcionarios de Justicia, de que puedan trabajar por la mañana y por la tarde. Pues si nos vamos al sector de la hostelería, que lo hemos hablado con los hosteleros, la posibilidad de las citas para desayunar, para comer o para cenar, donde haya una franja horaria y donde haya un tiempo de estancia en el establecimiento razonable. Para desayunar treinta minutos, para comer una hora y media. Si eso se hace así puede doblar los horarios a las dos de la tarde y a las tres y media de la tarde, con una ocupación del 50%, garantizando las medidas de seguridad, pues parece razonable que pudieras aspirar a tener, que a lo mejor no lo vas a tener, un 80% o un 70% de actividad. Y eso sí te permite incorporar a tus trabajadores. Si no es así, los ERTE van a continuar y después terminarán traduciéndose en EREs.
Aquí, igual que en otros muchos lugares de España, ya hay asociaciones de hostelería y de hoteles que han anunciado que no van a abrir. ¿Quién va a ir a un hotel a no poder compartir zonas comunes? Establezca usted las normas de convivencia en esas zonas comunes. Pero si usted me dice que voy a ir a un hotel para quedarme en la habituación, que no voy a poder bañarme en la piscina, que no voy a poder ir al gimnasio o que no voy a poder, sencillamente, bajar a desayunar, o a comer, pues mire usted, que el 50% de las habitaciones desayunarán de las siete a las ocho y media, y el otro 50% de las ocho y media a las diez, eso ya lo establecerá el hotelero, pero dele usted esa posibilidad. Hay cosas muy razonables que si se escuchara de verdad al sector ya se estarían preparando.
Otra cuestión candente en esta crisis es la de la compra de material. Se discute cada vez más la centralización de las compras que hizo el Gobierno y, por otro lado, hay un debate ideológico de fondo sobre el modelo, viendo la dependencia que puede llegar a tener un país de un solo proveedor, se llame China o como se llame, para material sanitario básico.
No hay ninguna necesidad de acudir a ningún fabricante chino, en este momento. Hay fabricantes españoles. De hecho nosotros todo el suministro son empresas andaluzas. Nosotros no compramos en China, estamos comprando en Andalucía.
Pero sí ha habido necesidad de ello.
Claro. Cuando empezó la crisis. Pero me preguntaba por el mando único. No estaba preparado para hacer compras masivas ni distribuir a todos los servicios sanitarios de España. Y por eso el ministro Illa tuvo que dar marcha atrás. Primero confiscó el material que teníamos. En nuestro caso, la fábrica de Alcalá la Real es la que suministra al Servicio Andaluz de Salud todo el material de protección desde hace años, no ahora con motivo de la crisis. 250.000 equipos de mascarillas de protección cada semana. Nosotros tenemos un estocaje de un millón de equipos. Llega esta crisis y nosotros aumentamos el pedido de 250.000 a 350.000. Y un domingo por la tarde me llama el dueño de la empresa y me dice: «Mira, que han venido las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y me han dicho que no puedo seguir suministrando material a la Junta y que todo se lo lleva el Gobierno de España» Lo aceptamos, como comprenderá, no de buena gana, porque no se nos había comunicado, porque si se nos hubiera comunicado seguro que el consejero de Salud [Jesús Aguirre] no hubiera puesto ningún problema.
Pero se hace eso y empieza el Gobierno de España a decir que él lo suministra todo. Y nos quedamos esperando, a ver cuándo llega ese material. Imagine la presión que supone unos equipos sanitarios que están en primera línea, que se están contagiando, que no tienen equipos suficientes para ir reponiendo, esperando a que te manden las mascarillas, cuando aquí las tienen a menos de una hora. No lo entendió nadie, y creó mucho problema. Y probablemente habrá que analizar por qué los sanitarios, en este país, se han contagiado más que en otros países. No digo que sea culpa de nadie, pero habrá que analizar el por qué. Y creo que el hecho de que el mando único estuviera centralizado, demostró, claramente, que el Gobierno de España no estaba preparado para atender a diecisiete sistemas sanitarios diferentes. Porque no conocían las necesidades, porque no tenían capacidad para comprar en un mercado que de la noche a la mañana se vio completamente desbordado. No el chino, hay fabricantes alemanes, hay fabricantes norteamericanos, de PCR, de test… no solamente es el mercado chino. Pero se acudió a China porque tiene una capacidad de producción mucho mayor que el resto de países en esta materia sanitaria.
Entonces, ¿hasta qué punto el mando único nos perjudicó el que pudiéramos acceder a esos materiales de una forma más rápida y a un mercado más directo como el que ya teníamos? Esa es la gran respuesta que hay que dar en este momento. Pero nosotros, en Andalucía, hicimos una previsión desde el 25 de enero, cuando nos enteramos que en Italia había casos de coronavirus -ni en Andalucía ni en España había todavía ninguno- y empezamos a comprar material y a preparar los equipos epidemiológicos el 25 de enero. Fuimos previsores porque en Salud, como en muchas otras cosas, pero especialmente en Salud, la prevención salva vidas. Cuando haces toda esa planificación, cuando pones en marcha la construcción de un respirador como hicimos con la Universidad de Málaga y un equipo científico, la empresa Fuyitsu que nos ayudó a desarrollarlo, cuando empezamos a almacenar material, cuando empezamos a montar toda una logística para los hospitales, pues de la noche a la mañana el ministerio te dice no, yo me llevo todo el material y tú te tienes que esperar a que yo te lo mande. Pues nos quedamos… imagínate. No podíamos dar respuesta.
Yo entiendo esta situación, Mariano, los primeros días, de desborde, de desconcierto, porque a todos nos pasó, incluso en nuestras vidas personales, pues imagina cuando tienes que tomar decisiones para cincuenta millones de personas. Yo las tomó aquí para ocho millones y me hago una idea. Pero llega un momento que te sientas con los expertos y decimos, es que no podemos con esto. Cedámosle a las CCAA esta competencia, al menos las que puedan, y nos las quitamos del global. Hay comunidades muy chiquititas que a lo mejor que no tenían acceso al mercado, pero otras que sí. Si te quitas, qué te digo yo, Andalucía, Madrid y Cataluña, te estás quitando vente millones de españoles. Y no se hizo. ¿Por qué? Cada uno que explique lo que tenga que explicar. Aquí los datos que tenemos hoy, y no voy a decir que seamos ni mejores ni peores que nadie, pero son en parte gracias a la previsión que tuvimos. Por ejemplo con la medicalización de hoteles, y le tengo que agradecer a los hoteleros andaluces el acuerdo al que llegamos, que pusieron a disposición de la Junta de Andalucia más de cincuenta hoteles. Lo hicimos todo de una forma rápida, previsora, y nos encontramos de la noche a la mañana que no había equipos, le enviamos respiradores a Madrid, le enviamos material de mascarillas a Ceuta, a Melilla, a Murcia, a Extremadura, donde nos las pidieron, porque teníamos esa previsión. No podíamos dejar que estuviera muriendo gente por no tener un respirador, en Madrid, y nosotros lo teníamos aquí.
Hemos sido solidarios, hemos tenido lealtad con este Gobierno de España, pero hay decisiones que ni se nos ha consultado, ni tan siquiera se nos ha dado una explicación, a día de hoy. Y eso yo creo que no puede suceder. Y lo digo desde la humildad más absoluta y desde la posición de colaboración más sincera. Y parece que me estoy confesando contigo, pero es que es verdad. Yo no puedo comprender cómo yo estoy aquí desde las siete de la mañana hasta las once de la noche, tengo un equipo de gente que está matándose, que te pasa una propuesta y tú ni siquiera la lees. Ha sido una imposición detrás de otra, no ha existido comunicación, y algunos tendrán que dar explicaciones.
Dijo el presidente Sánchez una frase, en uno de sus discursos, que a mí me impactó. Quizás es la frase que me voy a quedar de la pandemia. Cuando dijo en una de sus comparecencias de los sábados por la tarde, antes de reunirse al día siguiente con los presidentes autonómicos, que se iban a tomar decisiones ineficaces, pero que después se rectificarían, cuando hubiera que rectificar. Lo primero es que políticamente no es correcto que se van a tomar decisiones ineficaces. Yo podré decir: ‘El Gobierno tendrá que tomar decisiones difíciles, y si nos equivocamos y tenemos que rectificar, lo haremos’ Pero ya reconocía que se iban a tomar decisiones ineficaces. Yo creo que se han tomado muchas decisiones ineficaces. Y que probablemente se podría haber gestionado mucho mejor. Insisto, lo entiendo los primeros días, pero es que han pasado dos meses, y seguimos tomando decisiones ineficaces, y confundiendo a la ciudadanía.
El Gobierno insiste en que ni es posible hacer test a todos los españoles y que ni siquiera es lo idóneo.
Mucha gente piensa que le hacen un test rápido y ya sabe si tiene o no el virus. Falso. Ahora los test que se están haciendo diferencian. Es decir: yo me hago un test que me dice si he tenido el virus o si soy portador de él y puedo contagiar. Y después de ese test, si doy positivo, después se hace un PCR. Esos son los pasos: test, PCR. Porque detrás de cada test y detrás de cada equipo tiene que haber un facultativo que diga, realmente, si tú tienes que ir a un hospital, te tienes que confinar o tienes que pasar a la UCI, directamente. O te puedes ir a casa tranquilamente. Un test no se hace como si fuera el predictor de la farmacia. Por favor, no engañemos a la gente. En internet ya hay test que puedes comprar por ochenta euros, y te lo mandan a casa. Vale, te lo mandan a casa y si te da positivo o negativo, ¿qué haces? Tendrá que haber un facultativo detrás.
Cuando ahora tenemos los test que realmente sabemos que tienen garantía, hay que empezar a hacer esa distinción entre las personas que lo han tenido o los que son portadores. Pero claro, las personas que tengan síntomas, o que vayan a asumir una función de cara a los ciudadanos, una actividad pública como pueda ser un juez, un funcionario de Justicia, un sanitario, una trabajadora social o un policía. Ahora, hacer en España cincuenta millones de test hoy, no significa que mañana no haya cincuenta millones de casos, aunque los test de hoy den negativo. Hay que hacérselos, siguiendo las instrucciones de la autoridad sanitaria, a aquel personal de riesgo, población diana, y después, cuando se están haciendo los estudios serológicos, de forma aleatoria, para ver qué población pudiera estar o no contaminada.
Algunos dicen, no, test para todo el mundo. Vale, yo te hago el test ahora mismo, pero mañana te lo tengo que volver a hacer, y pasado te lo tengo que volver a hacer, y dentro de una semana te lo tengo que volver a hacer. Porque el test, si te da negativo hoy, mañana te puede dar positivo. Pero si te da positivo hoy, sí que te tengo que hacer un PCR para confirmar cómo te encuentras. Ese es el protocolo sanitario. Yo puedo comprar mañana veinte millones de test. ¿Y dónde tengo los profesionales para hacer el seguimiento? Hay que hacerlo de forma racional. Y si se abren las fronteras y pueden venir los extranjeros, pues tendrán que hacerse un test antes de venir. En España hay cuatro robots, que fueron donados por una empresa importante española. Y el Gobierno de España le dio dos a la Comunidad de Madrid y dos a Cataluña. Al resto nos dejaron sin robot. Imagina para hacer aquí ocho millones de test, a mano. Necesitaría doscientos mil epidemiólogos.
Saliendo de su posición institucional, es inevitable preguntarle por Ciudadanos, su partido. Se está hablando mucho esta semana de un giro en el partido, aunque es cierto que siempre ha votado sí, como volvió a hacer el miércoles, a la prórroga del estado de alarma. Pero se está especulando mucho sobre un giro político y un acercamiento al PSOE.
A mí me sorprende ese tipo de manifestaciones cuando Inés [Arrimadas] le ofreció a Sánchez la posibilidad de investirlo presidente sin negociar con los nacionalistas [se refiere a la llamada por la líder naranja «vía 221» los escaños que suman PSOE, PP y Ciudadanos]. Inés no ha cambiado de posición. En aquel momento apostábamos por la estabilidad en este país, y no por estar en manos de los que quieren romper este país. Y ahora hay una situación que yo creo que todo el mundo la conoce, el grado de positivos y de contagios que hay en este país. Que requiere de al menos una prórroga en las condiciones en las que nos encontramos por quince días más. Porque claro, si Inés hubiera visto la parte política pues podría haber hecho otro tipo de valoraciones, a lo mejor nos hubiera interesado más el no, o la abstención. Pero en este caso la Ejecutiva y el grupo parlamentario han tomado la decisión correcta, que era garantizar la salud, una vez más, de todos los españoles, por encima de las críticas o por encima de cualquier coste político que tuviera esta decisión.
No hemos votado sí a la investidura del señor Sánchez, que ya tiene sus socios. Y no me cabe la menor duda que después de que pase esta pandemia y se levante el estado de alarma, habrá un Gobierno apoyado por 155 diputados, de Unidas Podemos, del PSOE y de sus socios nacionalistas vascos y catalanes, entre otros. Siempre hemos sido útiles a los españoles, y nos ha costado, mucho, creo que somos el partido que más ha pagado por ello. Pero para eso vinimos a la política. No vinimos para escondernos de las decisiones importantes que tiene que asumir este país. Cuando yo investí a la señora Díaz [Susana] en Andalucía me llevé bofetadas por todos lados. Fíjate, estabilidad cuatro años, crecimiento…hasta que la señora Díaz dejó de cumplir y Ciudadanos pasó de nueve a veintiuno [escaños] ¿Por qué? Pues porque habíamos sido útiles. Porque habíamos hablado de nuestro voto a cambio de reformas. Igual que ahora, nuestro voto a cambio de que Sánchez cambie su forma de proceder, que escuche a las CCAA, que ponga en marcha medidas que beneficien a los autónomos, a los emprendedores, a sectores como el turístico, que amplíe los ERTE para que las empresas no caigan. Es razonable y cuenta con mi total apoyo, la decisión de Inés y del grupo parlamentario.