La crisis sanitaria del coronavirus y el parón en la economía española por el estado de alarma en el que se encuentra sumido el país, que trata así de contener los contagios, ha puesto contra las cuerdas al sector inmobiliario, afectado por el frenazo económico y al que el COVID-19 ha «tocado de muerte». Así lo ha explicado a EFE la presidenta de la Federación de Asociaciones Inmobiliarias (FAI) de España, Nora García, quien ha aseverado que su sector tendrá enormes dificultades para «reponerse» cuando termine el confinamiento porque está «tocado de muerte»: «Ya veníamos con un poco de frenazo y esto ha sido la puntilla», ha lamentado.
Según ha detallado, la actividad inmobiliaria ha quedado «paralizada al 100 %» y se resume ahora en mantener vivo el contacto con potenciales clientes para que, cuando pase el estado de alarma, puedan reactivar las operaciones.
«A dos o tres meses vista»
«La gente quiere visitar las casas y eso ya no lo podemos hacer. Nuestra actividad se ha visto reducida a estar en contacto con los clientes para enviarles ánimo y recordarles que seguimos aquí», ha indicado. Por ello, ha aseverado que los locales comerciales tendrán que esforzarse mucho para «arrancar» porque, en la mayoría de los casos, las inmobiliarias que los gestionan «trabajan a dos o tres meses vista», de modo que los ingresos no serán inmediatos aunque se restablezca la actividad.
«Abriremos la persiana, pero empezaremos a facturar al cabo de unos meses. No es como en la hostelería, por ejemplo, que tendrán ingresos en seguida. A nosotros nos va a costar reponernos», ha enfatizado.
Por otro lado, García ha pronosticado que la congelación del tejido económico del país, en cuarentena por el coronavirus, puede llevar a largo plazo a una bajada en los precios de los alquileres, arrastrados por el aumento de la oferta, a la que se sumarán muchos pisos turísticos actualmente vacíos.
Contagio del turismo
En este sentido, ha aclarado que, como la actividad turística está a cero por la cuarentena y se prevé que tarde meses en recuperar la normalidad, muchas casas que habían desaparecido del parque de viviendas regresarán al mercado. «Pequeños inversores sacarán sus viviendas para alquileres habituales y las empresas que no tienen mucho colchón devolverán incluso edificios que habían adquirido para rentas turísticas», ha asegurado antes de agregar: «Habrá mucha más oferta y en unos años los precios pueden volver a bajar».
Por su parte, el portavoz de Idealista, Fernando Encinar, ha subrayado que el sector inmobiliario atraviesa una «enorme incertidumbre y mucha volatilidad» debido al impacto económico de la pandemia que se ensañará especialmente con el segundo trimestre del año, al que dejará una huella «muy relevante». A su juicio, no está tan claro que los precios de las rentas lleguen a bajar cuando termine el estado de alarma, ya que la demanda del alquiler, ha asegurado, se disparará.