La crisis del coronavirus no impactará por igual en todos los países y las medidas para sostener a las empresas durante los meses de confinamiento serán decisivas para activar la recuperación posterior. Economistas y compañías reclaman más medidas para fortalecer el colchón que proteja al tejido empresarial. Como recuerda Íñigo Fernández de Mesa, vicepresidente de CEOE, «el grado de respaldo a la empresa se puede medir a través de moratorias fiscales y el apoyo en liquidez.
El apoyo de Francia equivale al 23% del PIB, el de Alemania, al 60%; el de Italia, al 21%; el del Reino Unido, al 17%. Mientras, España sólo destina el 11%». Es decir, las medidas adoptadas por el Ejecutivo tienen un peso seis veces menor al de Alemania y la mitad que el de Italia y Francia, siendo similar a los planes aprobados por Reino Unido.
Es aquí donde se deja sentir el distinto margen fiscal de los países. España desaprovechó 2019 para reducir su déficit y lo aumentó del 2,5% al 2,6% del PIB. De esta forma, Alemania, que contaba superávit y una deuda pública del 59% del PIB antes de que estallara la crisis, es la que está desplegando un plan más ambicioso en Europa con reducción de pagos anticipados en Sociedades e IRPF, multas por demora que no se cobrarán hasta 2021 a deudores afectados y aplazamientos más o menos generalizados. El margen fiscal acumulado durante años explica esta contundencia dispar.
La patronal de grandes superficies, Anged, señala que si bien las medidas aprobadas por el Gobierno de Pedro Sánchez «van en la buena dirección» también «son insuficientes y reducidas al ámbito de pymes». El Ministerio de Hacienda ha aprobado aplazamientos para las empresas que facturan hasta seis millones de euros y una suspensión de declarar los impuestos en abril para hacerlo en mayo a las que ingresan hasta 600.000 euros. La Seguridad Social también dio luz verde a una moratoria a los autónomos de las cotizaciones pero que no arrancará hasta mayo.
Anged abunda que 22 países europeos han extendido los plazos para el pago de impuestos a la generalidad de las empresas, y no solo a las pequeñas. Francia ha diferido el pago de las cotizaciones sociales e Italia las ha suspendido en marzo y abril para los sectores afectados.
Tras el resto de Europa
El Consejo General de Economistas también reclama más ambición, con medidas de fomento de acuerdos de refinanciación para las empresas y simplificar los procedimientos de segunda oportunidad a personás físicas vulnerables y autónomos, para evitar una ola de quiebras, además de nuevas medidas fiscales y en la Seguridad Social para pymes y autónomos.
Precisamente, ayer la red de autoridades fiscales de Europa (Euifi en sus siglas en inglés) recopiló las medidas que se han adoptado en Europa y, si bien España destaca por haber aprobado un mayor número, con 25, su impacto en el PIB no se cifra en el estudio.
El FMI en sus previsiones fiscales sí calculó el efecto presupuestario de las medidas de España y otros países, y no tendrán el mismo calado. Según el organismo dirigido por Kristalina Georgieva, Alemania ha desplegado medidas con un coste inmediato del 4,4% del PIB, liquidez del 6,2% y avales del 23,4%. No es el caso de España, con medidas de gasto equivalentes al 1,2% del PIB, avales por el 8,9% y liquidez del 0,9%. Por su parte, Reino Unido ha aprobado un 3,1% del PIB de medidas de gasto y un 15,7% de su PIB en garantías mientras Francia ha puesto sobre la mesa un 13,9% del PIB a liquidez directa a las empresas.
«El paquete de estímulos fiscales tiene que llegar al conjunto del tejido productivo, porque si se debilita la posición de las grandes empresas, también lo harán sus cadenas de producción y valor, de las que dependen miles de pymes. Las grandes empresas son además el pilar de las exportaciones, la atracción de inversión extranjera y la innovación», incide Anged.
El comercio, junto con la hostelería y el turismo, es uno de los sectores más afectados por la crisis del Covid-19. Desde la patronal de grandes superficies Anged prevén que en 2020 las ventas caigan en 25.000 millones de euros, un 10%, y afirman que 100.000 de los 250.000 trabajadores que tienen en plantilla sus empresas asociadas -El Corte Inglés, Mediamarkt, Leroy Merlín, Ikea, entre otros- están afectados por un ERTE por fuerza mayor. Además, estiman que el consumo se contraiga hasta un 50%, 15 puntos más de lo que lo hizo en la anterior crisis de 2009.
A pesar de que en estas semanas de estado de alarma la facturación en artículos de alimentación ha subido más de un 25%, los descensos del 70% y 50% en el textil y los artículos de tecnología para el hogar perforan las cuentas del sector. Esta situación está generando cúmulos de stock en las empresas, que tienen que ingeniárselas para darles salida. Así, aparte de las lógicas rebajas de precio y de ofrecer el servicio clásico de venta por internet, hay compañías que se han adentrado en la venta a domicilio a través de la aplicación de Whatsapp. Es el caso de Alcampo y Carrefour, que ponen a la venta a través de este canal productos relacionados con la tecnología y los electrodomésticos.