El puente festivo de Semana Santa este año aparecía marcado en rojo en los calendarios de los pueblos y zonas más turísticas de la provincia de Salamanca, ante la temida llegada de visitantes o de residentes no habituales buscando el refugio de los pueblos, algo que finalmente y por regla general afortunadamente no ha llegado a suceder.
La masiva afluencia de turistas que habitualmente reciben durante la Semana Santa zonas como las sierras de Francia o Béjar, o los parajes del Parque Natural de Las Arribes del Duero se ha visto este año reducida prácticamente al 100 por 100, dejando en estos rincones salmantinos la misma imagen que se ha podido ver a lo largo de los casi ya 30 días que dura el confinamiento forzoso de la población.
Este éxito encuentra su fundamento principalmente en dos cuestiones, por un lado la concienciación de vecinos residentes no habituales que se han abstenido de desplazarse en esta ocasión a los lugares de los que son naturales y por otro, el empeño puesto por numerosos alcaldes en proteger la vida de sus convecinos más vulnerables, lanzando bandos y mensajes a través de las redes sociales en las últimas semanas pidiendo que no se regresara al pueblo.
“No se ve ni un alma por el pueblo ni estos días ni en las semanas anteriores, lo que a pesar de todas las connotaciones negativas para la economía local es una muy buena noticia”, destacó ayer el alcalde de La Alberca, Miguel Ángel Luengo.
También en esta misma línea se expresó la alcaldesa de Vitigudino, Luisa de Paz, municipio cabecera de comarca y puerta de entrada a Las Arribes, que destacó que “es muy alentador que durante estas jornadas de Semana Santa la Guardia Civil, a la que hay que agradecer que haya incrementado los controles en toda la comarca, no haya detectado movimientos de turistas o de residentes no habituales”.
Y es que además de las recomendaciones, también han sido muchos los alcaldes que en sus comunicados han amenazado con presentar denuncia ante la Guardia Civil en el caso de que se detectara la presencia de turistas o residentes no habituales en sus pueblos, medidas que como en los casos de Pereña de la Ribera o el mismo Vitigudino se han demostrado de utilidad y no ha sido necesario presentar ninguna denuncia.
Ciudad Rodrigo es otro de los municipios que durante “no solo la Semana Santa, si no a lo largo de dos semanas completas era habitual que se llenaran hoteles y restaurantes”, como destacó el presidente del Centro de Iniciativas Turísticas y empresario hostelero, Eugenio Bernal. Sin embargo, el Sábado Santo, uno de los días de mayor afluencia de turistas y visitantes con motivo de la celebración de la Fiesta de la Charrada, Ciudad Rodrigo presentaba la imagen ya habitual de una ciudad confinada de calles y plazas vacías.
Ante esta normalidad dentro del cumplimiento del Estado de Alarma, es inevitable que surjan algunos casos aislados como en Lumbrales, donde su alcalde, Carlos Pedraz, afirmó que “pese a los llamamientos que se han hecho, hay alguno que sigue pensando en pasar las ‘vacaciones de Semana Santa’ en el pueblo”.