A las puertas de otra investidura, con un Gobierno en funciones nueve meses, y otros nueve más en Moncloa gracias a una moción de censura, la gestión de Sánchez revela su impericia en cinco aspectos que han paralizado el desarrollo político, económico e institucional de España.

Se trata de las dificultades por alcanzar pactos para constituir un Gobierno, para tener unos Presupuestos, para mejorar el mercado de trabajo, para subsanar el problema de las pensiones y el déficit público y, para arreglar la crisis en Cataluña, toda vez que las fuerzas independentistas han vuelto a sortear al Constitucional colando en el Parlament el derecho a decidir, mientras Gabriel Rufián afirma que ahora será más fácil negociar con un «Sánchez derrotado».

1. Formar Gobierno

De no admitir gobiernos en coalición con el Partido Popular, que cuenta con 89 escaños, que con sus 120 diputados tendría sobrada mayoría absoluta (209 de los 350), Pedro Sánchez necesita impepinablemente todos los votos que están a su izquierda, y todos y cada uno de los votos de nacionalistas e independentistas, amén de las formaciones regionalistas y provinciales. Tal es su voracidad, que el dirigente ha enterrado el insomnio que al él y al 95% de los españoles (dixit) le provocaba pensar que tenía que gobernar con Unidas Podemos. Pero con 700.000 votos menos que el 26-A, con tres diputados menos también, y con la pérdida de 27 senadores Sánchez tiene que ceder hoy ante una Mesa de Negociación en la que la Esquerra está dispuesta a pedir el oro y el moro.

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Este miércoles, al observar el PNV el control que el PSOE quiere ejercer sobre la república digital, ha elevado su precio para garantizar la investidura del socialista. Y ello sin obviar, que hay integrantes de algún que otro partido pequeño dentro del Parlamento español, que se ha visto obligado a prestar auxilio a Pedro Sánchez, a pesar de que sería lo último que haría si además en esa alianza de Gobierno entra Unidas Podemos. Hasta ahora, los dos triunfos de Sánchez han sido relativamente cortos e insuficientes para formar gobierno sin depender de los dos partidos protagonistas del 1-O, o de su principal adversario político, el Partido Popular. En la actual legislatura, el líder socialista no planteó en ningún momento a Ciudadanos un Ejecutivo conjunto, despreciando que la suma de sus votos le hubiera dado mayoría absoluta con 180 diputados.

2. Cerrar Presupuestos

Una de las primeras actuaciones del futuro Gobierno, si no, la primera, será la presentación del Anteproyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado para que sean discutidos por el Parlamento español. Pero si en febrero la dificultad para aprobarlos fue extrema con la oposición de ERC -socio de la moción-, ahora el problema será aun mayor dado que el gobierno que forme será débil si es que éste no goza de una mayoría suficiente. Hay que recordar que fue Sánchez quien recriminó a Mariano Rajoy cuando éste no lograba sacar adelante los Presupuestos. En ese momento, el socialista esgrimió que, «o Presupuestos, o elecciones. Gobernar no consiste en vivir en La Moncloa». De momento, Sánchez se conforma con las Cuentas Públicas prorrogadas de Montoro.

3. El mercado de trabajo

El mercado de trabajo ha sido una de las grandes asignaturas pendientes del Gobierno de Pedro Sánchez. Su discurso, prácticamente desde el minuto uno, ha sido ambiguo en cuanto a la derogación o no de la reforma laboral. Con la creación de empleo en retroceso y el aumento del paro, la temporalidad en el trabajo es una de las lacras de la gestión laboral de este Ejecutivo, que siempre ha echado en cara este mal. La medida socialista de bonificar los contratos ha sido insuficiente. El hecho de poner en marcha un control horario, de momento ha suscitado más litigios que ventajas, y la subida exponencial del SMI, si bien ha provocado un incremento de las cotizaciones, su repercusión sobre el crecimiento del empleo se antoja negativa.

4. Pensiones y déficit

Abordar la sostenibilidad de las pensiones constituye uno de los asuntos mollares de cualquier Gobierno. En este caso, el de Sánchez se ha limitado a presumir de subidas por encima del IPC, que habían quedado fijadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Pero las líneas de esta política están desdibujadas. Solo tienen como meta indexarlas al nivel de vida, y dejar esta decisión fijada en la Constitución. Mientras tanto, las pensiones crecen en número y en cuantía y la caja de la Seguridad Social se agota, además, el Gobierno se ve incapaz de frenar el déficit público, con unos presupuestos prorrogados, y con la única esperanza de que sea la recaudación de mayores impuestos lo que salve las Cuentas Públicas.

5. Arreglar Cataluña

Pedro Sánchez, pendiente estos días de que ERC salve su investidura, se va a convertir en el presidente que más independentistas trajo al Congreso de los Diputados. Con él, no ha habido en la historia mayor representación de grupos y de diputados independentistas. La necesidad por sujetar el sillón de La Moncloa es tal, que el presidente en funciones ha cedido a entrar en una mesa de negociación con el Govern, y más en concreto con ERC de interlocutor. Ni siquiera le ha importado que en la misma se acomode José María Jové, imputado y artífice del 1-O. El mensaje de diálogo con los independentistas, algunos de los cuales se encuentran en la cárcel por sedición, no cala. El CIS dice que el 74,5% de españoles desconfía de Sánchez.

 

 

 

Fuente: https://www.eleconomista.es/politica/noticias/10229510/11/19/Las-cinco-incapacidades-de-Sanchez-que-frenan-a-Espana.html