Expertos inmobiliarios prevén que este año el precio de las viviendas se modere y se incremente por debajo de 2018, que ha cerrado con una subida del 6,6% según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la mayor desde el inicio de la crisis económica. Además, advierten de que faltan viviendas en Barcelona y Madrid, los motores económicos del sector.
Este incremento de los precios tan elevado en 2018 y el hecho de que haya crecido en todas las Comunidades Autónomas lleva a la conclusión de que la “crisis inmobiliaria que tantos años ha durado parece que ha llegado a su fin”, según declara Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista.
En esta misma línea se muestra la directora de estudios de Fotocasa, Beatriz Toribio, que señala que 2018 ha sido un muy buen año para la vivienda y que eso ha tenido su lógico traslado a los precios -según Fomento creció un 3,9%-.
De acuerdo con los datos de Fomento, el año pasado se vendieron 582.000 viviendas, más que en 2008 y por debajo de 2007, inicio de la crisis. Sin embargo, el incremento en número de operaciones es el más bajo desde 2013.
Además, los expertos auguran que para este año la subida en la compraventa de casas se modere, en línea con la desaceleración de la economía española. “El crecimiento será más moderado que el que hemos visto este año en línea con la macroeconomía”, ha resaltado Toribio.
Stock
Pero, pese a los buenos datos de 2018 y la clara recuperación respecto a años anteriores -la compraventa de vivienda nueva creció un 11%-, hay síntomas que ponen en duda la recuperación del sector.
Se trata de los datos de Madrid y Barcelona, los dos motores del sector y donde se concentra el 25% de las operaciones de compraventa de viviendas nuevas y usadas del país.
En 2018, las operaciones en las dos capitales crecieron por debajo de la media nacional: un 5,7% interanual en Madrid y apenas un 2,6% en Barcelona. Pese a ello, los precios han subido en estas dos regiones por el incremento de la inmigración y la falta de stock en el mercado para asumir esa mayor demanda.
Por eso, Encinar advierte de que “ambos mercados se encuentran en una fase en la que el stock disponible se está reduciendo rápidamente mientras son los principales receptores de inmigrantes internos y se hacen necesarias nuevas medidas destinadas a ampliar el número de viviendas en el mercado”.