Con la población actual y teniendo en cuenta las tasas de natalidad y mortalidad, la provincia de Salamanca se enfrenta a una pérdida media de población del 27,3% en el año 2050. Ésa es la proyección de población que aparece en el estudio que ha llevado a cabo la Universidad Católica de Ávila sobre todos los municipios de Castilla y León y que fue dado a conocer ayer dentro de la III Jornada Grandes Retos del Medio Rural, centrada en ‘Despoblación y Política Agraria Común’.
La UCAV ha volcado todos los datos en la web despoblacionrural.ucavila.es donde se puede consultar la proyección del movimiento natural de la población para todos los municipios de Castilla y León, así como las tasas de envejecimiento (porcentaje de población mayor de 65 años) y sobre envejecimiento (porcentaje de mayores de 85). En este sentido, Castilla y León perdería un ocho por ciento de población hasta el año 2030 y un 26 por ciento de cara al 2050.
Beatriz Sánchez, doctora en Economía y profesora de la Universidad Católica de Ávila, y autora del estudio, explicó a LA GACETA que Salamanca se sitúa en torno a la media en la Comunidad, con un descenso proyectado del 27,3%. Teniendo en cuenta el padrón a 1 de enero de 2018, cuando Salamanca contaba con 331.473 habitantes en la provincia, en el año 2050 se quedarían en 241.976. De cara a 2030, la provincia tendría una caída del 8,7%, es decir, 28.838 personas menos, para un total de 302.634.
Carbajosa, al alza. En el oasis de población de la provincia aparece Carbajosa de la Sagrada, que según esta proyección, ganaría habitantes. Pasaría de los 6.947 actuales, según el padrón, a 7.672 en 2050. El resto de los principales municipios de la provincia sufrirían un importante descenso. De hecho, sólo Santa Marta se mantendría por encima de los 10.000 habitantes.
Beatriz Sánchez asegura que “el punto de partida” a esta sangría de población en Castilla y León “fue el gran éxodo de los años 60 y 70, con municipios que quedaron envejecidos para siempre. Ahora, la mayoría de los pueblos pequeños tienen una población mayor de 65 años con una natalidad bajísima”. Por ello, reclama políticas para facilitar el regreso al mundo rural, “como puede ser el teletrabajo”, además de incentivos fiscales.