Los mensajes demagógicos de Pedro Sánchez en materia de inmigración han tenido un coste obvio para España. Sólo en el primer trimestre de 2019, han entrado un 40% más de inmigrantes ilegales en nuestro país respecto al año anterior, según datos oficiales del Ministerio del Interior del propio Ejecutivo socialista.
Concretamente, las cifras reflejan que se ha disparado un 40,3% la entrada ilegal de inmigrantes y la mayor parte de ellos ha entrado vía marítima: justo el flanco en el que Sánchez decidió lanzar el mensaje de la acogida del barco Aquarius y demostró que España se podía convertir en la puerta de entrada a Europa en un momento en el que se cerraban el resto de puertas en países como Italia.
La entrada de ilegales por mar se ha disparado en este trimestre y en términos interanuales un 12,3%.
De este modo, los últimos datos revelan que entre enero y marzo de 2019 a las costas españolas de la Península, incluyendo Baleares, han llegado –y entrado– un total de 139 inmigrantes por medio de embarcaciones, un 7,8% más que en el mismo periodo del año pasado. Además, cabe destacar, a las costas de las Islas Canarias han accedido 170 inmigrantes por medio de embarcaciones, nada menos que un 139,4% más que en esos tres meses de 2018. En total, contando Ceuta y Melilla, la entrada de ilegales por mar se ha disparado en este trimestre y en términos interanuales un 12,3%.
En números totales, en lo que llevamos de año, han entrado de forma ilegal en España, tanto por tierra como por mar, 7.014 personas, cuando en el mismo periodo de 2018, esa cifra quedó en el número redondo de 5.000 personas. Sánchez no podrá argumentar, además, que no supiera que la entrada masiva en España podría producirse como una consecuencia de su efecto llamada tras la acogida del Aquarius nada más llegar a La Moncloa.
Y no puede argumentarlo porque los expertos de Interior de Bruselas advirtieron a sus colegas del Ministerio del Interior español recién aterrizados en el poder gubernamental que España se podía convertirse en la gran puerta de entrada de la inmigración ilegal en Europa.
De enero a marzo han entrado de forma ilegal en España, tanto por tierra como por mar, 7.014 personas.
Lo cierto es que las advertencias extraoficiales desde la Unión Europea (UE) han llegado de forma constante. Los datos y avisos en la mesa de Sánchez han incidido sin cesar en que, por un lado, la ruta rusa ha quedado controlada y cerrada tras los acuerdos con Turquía; y por el otro, la ruta italiana ha mitigado como captadora de la inmigración que transita por Libia, especialmente por elcerrojazo impuesto por el ministro del Interior, Matteo Salvini, a la llegada de inmigrantes a las costas del país transalpino.
Por lo tanto, con las advertencias en la mano, el gran problema es lo que se denomina como la vía del Mediterráneo Occidental, una vía donde la gran protagonista es España. Y así se ha explicado sin cesar a los equipos ministeriales de Interior que forman parte de los grupos de trabajo en Bruselas, sobre todo porque, además, transformar la tendencia es complicado. Y no sólo eso, tras el mayor control de la inmigración por parte del resto de países europeos ha provocado que las mafias y los grupos organizados miren hacia España como puerta de entrada a Europa.
Los datos de Frontex no han dejado de confirmar esta tendencia. Así, en los primeros siete meses de 2018 -primer contacto con la realidad que tuvo Sánchez al llegar al poder-, el número de cruces fronterizos irregulares en la UE a través de las cuatro principales rutas migratorias había disminuido en suma un 43% en un año.
Pero en la ruta migratoria del Mediterráneo occidental ocurría por esas fechas justo lo contrario: más de la mitad de todas las detecciones de cruces ilegales de fronteras en la UE se producían justo en esta puerta de entrada. El número de inmigrantes que llegaron a España se cuadruplicó en esos meses con respecto a un año antes llegando a casi 8.800 personas en julio de 2018. Esos fueron los datos con los que se advirtió a Sánchez, los nuevos datos están ahora en la mesa: la entrada ilegal sigue su escalada.