El equipo de Buildings & Places de Aecom España ha redactado un decálogo, tomando como inspiración el informe internacional de la propia compañía “The Future of Infrastructure”, en el que analiza los cambios del sector y sitúa a las infraestructuras como palancas de cambio en la reconstrucción económica de la crisis causada por el coronavirus. La compañía aboga por más zonas verdes, mejoras en movilidad y nuevos espacios públicos.

Bajo este enfoque, el equipo de Buildings & Places ha querido profundizar en cómo la crisis sanitaria y económica producida por la covid-19 ha dejado al descubierto lo importante que es adaptar los espacios en los que vivimos según las diferentes necesidades que puedan surgir, y en especial, el elemento integrador en todo este esquema: la ciudad.

“La actual crisis mundial a la que nos enfrentamos ha expuesto de manera drástica la fragilidad de nuestros sistemas económicos y socio-ecológicos, poniendo de manifiesto algunas cuestiones clave, que son cruciales para el bienestar de la humanidad”, explica Juan Cortés, el responsable de Diseño Urbano y Paisajismo en Aecom España.

En este sentido, la compañía es consciente de que es el momento para reflexionar sobre la preparación de nuestras ciudades y su capacidad de adaptación ante posibles pandemias, catástrofes naturales o crisis migratorias. Por ello ha elaborado un decálogo de cómo deberían ser las ciudades del futuro.

Estas ciudades deberían cumplir los siguientes requisitos:

  • Deben explotarse y gestionarse eficientemente los recursos urbanos cada vez más escasos, desde la energía y el agua hasta las infraestructuras de transporte, para garantizar la sostenibilidad a largo plazo y una distribución justa de la recuperación económica.
  • Se debe distribuir de manera más uniforme y de manera más equitativa el empleo y los servicios básicos, como la atención médica, la administración, las instalaciones sociales o los equipamientos deportivos, etc., para que las necesidades de movilidad se ajusten de forma sostenible, reduciendo las emisiones y mejorando la salud de la población.
  • Se deben dimensionar generosamente las zonas verdes urbanas de tal manera que den servicio al conjunto de la población y sean fácilmente accesibles a pie y/o en bicicleta para toda la ciudadanía, de modo que ante posibles restricciones las zonas disponibles no se vean drásticamente reducidas.
  • Los espacios públicos, como calles, plazas y caminos, deben repensarse y rediseñarse de manera que permitan un movimiento seguro y rápido para llegar a puntos urbanos clave, evitando obstáculos innecesarios o enfrentarse a riesgos que pongan en peligro la seguridad y salud de sus transeúntes.
  • La caída temporal de la contaminación del aire durante la crisis debe ser vista como una señal importante para que los responsables de formular políticas urbanas actúen, pensando estratégicamente y siendo capaces de vislumbrar los beneficios a largo plazo de construir ciudades de cero emisiones.
  • Implementar políticas flexibles e imaginativas, apoyadas por una sólida planificación y un enfoque científico. Se deben incorporar a los procesos de decisión herramientas como la generación de escenarios, basadas en el análisis de grandes fuentes de datos, además de reforzar la participación pública informada y masiva.
  • La ciudad debe potenciar su «columna vertebral» de infraestructura esencial, tanto dura como “blanda” y verde, que sustenta la vida social.
  • Las ciudades deben contar con una rápida capacidad de adaptación e intermodalidad de sus sistemas de transporte.
  • Tiene una importancia clave el construir, mantener y operar las infraestructuras de redes y cadenas logísticas “invisibles” que conectan nuestros hogares al mundo, con la capacidad de obtener suministros de manera segura y permitiendo la comunicación con familiares, amigos y compañeros, etc.
  • Estas urbes deben estar preparadas para afrontar nuevos tipos de “confinamiento” o el bloqueo de algunas infraestructuras debido a motivos de fuerza mayor, permitiendo que continúen las actividades esenciales como:
    1. Asistencia sanitaria y cuidado de personas mayores.
    2. Suministro básico de servicios públicos: alcantarillado, agua potable, energía, calefacción y refrigeración, gestión de residuos, conectividad digital…
    3. Cadenas de suministro relacionadas con la alimentación (producción, distribución y venta minorista en diferentes puntos).
    4. Servicios relacionados con el comercio electrónico.
    5. Cobertura mediática para garantizar la libertad de prensa e información de la ciudadanía.
    6. Servicios mínimos de movilidad para sustentar lo mencionado anteriormente.

“En este sentido, desde Aecom estamos trabajando en un marco de planificación flexible y escalable con una lógica que se asemeja a las ‘muñecas matrioshka’ que permita reducir o aumentar gradualmente los servicios municipales y el uso ciudadano de los ámbitos públicos. Este nuevo paradigma urbano, que desde Aecom llamamos ‘la ciudad esencial’, debe tener un enfoque holístico que aumente la resiliencia de la ciudad, respalde los estándares de vida básicos a la vez que se reducen las desigualdades y permiten que la actividad económica de base se desarrolle en circunstancias extremas”, sentencia aeci.

Fuene: Idealista News

https://www.idealista.com/news/inmobiliario/empresas/2020/08/04/786518-la-ciudad-ideal-poscovid-mas-zonas-verdes-mejoras-en-movilidad-y-nuevos-espacios