La majestuosidad de la Torre del Homenaje de Alba tiene dos puntos de vista bien distintos: a ras de tierra y casi a vista de pájaro desde el mirador que abrió el Consistorio albense al público el 28 de marzo de 2004.
En los quince años que hoy se cumplen de esta apertura cerca de un millón de visitantes han pasado por la Oficina de Turismo, concretamente 971.000, y la mayoría han decidido hacer la visita del monumento completa, algo que incluye subir las más de 130 escaleras que se habilitaron en el contrafuerte para ascender al punto más alto del Castillo, aquel al que antes sólo accedía la guardia que hacía la ronda de vigilancia. Ahora, cada día, los visitantes pueden ver desde las alturas tanto el aljibe del que surtía de agua al Castillo durante los asedios, como el jardín ajedrezado del Parque Arqueológico y por supuesto una vista única de toda la villa ducal y las terrazas del Tormes.
Desde este punto se han llevado a cabo iniciativas como la dirección del concierto de campanas del Centenario Teresiano, exposiciones, charlas e incluso conciertos de música clásica. Una inversión de 87.700 euros hizo posible esta fase de la obra que cambió para siempre la forma de ver el Castillo, que antes tan sólo contaba con las salas de la planta baja y primera planta como espacios visitables. Un año más tarde, y con una inyección económica de 235.000 euros, se pudo actuar en la remodelación de la cúpula de la Torre del Homenaje.