Es la pregunta del millón. ¿Ha llegado la hora de comprar? Todos, en algún momento, nos hemos hecho esta pregunta. A través del análisis de determinados indicadores económicos, se puede estimar si realmente estamos ante un mercado sano y abierto a las operaciones y si, por el contrario, sería más conveniente esperar hasta que ciertas incidencias se resuelvan. Ciertamente, el momento más propicio no lo marcan los factores externos, sino la propia situación personal. Si esta es excepcionalmente positiva, por muy negativos que sean el resto de elementos, comprar podría ser una buena decisión. Desde pisos.com hacemos un repaso:
1. Ahorro disponible. Los últimos datos sobre la tasa de ahorro de los españoles, correspondientes a 2018, no son muy alentadores. Este indicador, fruto de restar el consumo de la renta, cayó casi un 5%. El dato fue el segundo más bajo de la Eurozona, solo por detrás de Portugal. La falta de ahorro previo es uno de los aspectos que más frena la compraventa de vivienda. Aunque con la nueva Ley Hipotecaria, el pago del grueso de los gastos y el IAJD sean responsabilidad del banco, el comprador debe seguir aportando fondos propios por el 20% del valor de tasación que la entidad no financia.
2. Tipos reducidos. Según la última estadística sobre hipotecas del Instituto Nacional de Estadística, el tipo de interés medio al inicio de los préstamos concedidos en marzo de 2019 fue del 2,34% para las hipotecas sobre viviendas a tipo variable, y del 3,11% para las de tipo fijo. Hace un año, el interés de las variables era del 2,42% y de las fijas, del 3,05%. En este sentido, parece que las fijas se van encareciendo y las variables abaratando. No en vano, el Euríbor, el tipo de referencia más empleado en las hipotecas variables, ha pulverizado sus mínimos históricos al colocarse por debajo del -0,20%.
3. Interés inversor. El sector inmobiliario español siempre ha resultado atractivo, tanto para el inversor patrio como para el extranjero. Una de las razones que permite que este segmento siga en buena forma es la compra para alquiler. Según los datos últimos publicados por el Banco de España, relativos al primer trimestre del año, la inversión en vivienda en España ofrece una rentabilidad bruta por alquiler del 3,9%. Si se tiene en cuenta la revalorización del inmueble, entonces se alcanzan porcentajes que superan el 10%. Los activos inmobiliarios siguen siendo una apuesta segura.
4. Precios estables. Después de varios años con movimientos bruscos, el precio de la vivienda en venta parece haber alcanzado cierta consolidación. Esta tranquilidad es percibida por la sociedad. De hecho, según el Índice de Confianza Inmobiliaria elaborado por Solvia del mes de abril, más de la mitad de los españoles percibe estabilidad en el mercado de la vivienda y prevé que los precios sigan creciendo, aunque de forma más moderada que hasta ahora. Es por ello que el 59% de los encuestados pone de manifiesto que e momento actual es propicio para comprar.
5. Condicionales laborales. Se podría decir que el empleo es el verdadero talón de Aquiles que frena la adquisición de vivienda en España. Ya hay más gente que compra su primera casa en la generación de los 40 que en la de los 30. Muchos de los jóvenes que trabajan lo hacen recibiendo sueldos exiguos y bajo unas condiciones precarias, marcadas por la temporalidad. Pero, además, están los que no trabajan. La tasa de desempleo de la población con estudios superiores en España se sitúa en el 8,9%, el doble que la media europea (4,1%), según un estudio realizado por EAE Business School.