Las viviendas que necesitan reforma suelen tener un precio de venta mucho menor
Las viviendas de segunda mano que necesitan reformas para ser habitables suelen tener un precio de venta muy atractivo. Por delante queda la tarea de echar números para averiguar si invertir en este tipo de propiedades sale a cuenta o no. Un reciente estudio de pisos.com afirma que comprar y reformar una vivienda usada frente a una nueva supone un ahorro de casi 40.000 euros. El problema es que enfrentarse a una obra de gran calado sigue dando mucho respeto. El primer escollo es el presupuesto. Este documento debe guiar toda la reforma y dar una respuesta en caso de que surjan problemas.
1. No te conformes solo con uno. Si has decidido contratar a un equipo de profesionales para llevar a cabo la reforma de tu casa, acude a Internet para pedir varios presupuestos. Aunque el primero que recibas te parezca adecuado, es necesario que solicites al menos tres o cuatro más para poder comparar. Es posible que el más barato no incluya cosas que otro más caro sí. Del mismo modo, el más costoso, no por el hecho de serlo, garantiza que los trabajos se hagan mejor.
2. Exige un precio cerrado. Huye de las horquillas de precio, las estimaciones o de los “desde x euros”. Los profesionales deben darte precios cerrados para que tú puedas valorar si ese presupuesto se ajusta a tus finanzas o no. Es muy común que se detalle el precio de ciertos materiales, pero no de otras piezas auxiliares necesarias para rematar un trabajo. También es importante que en el presupuesto se incluya el coste de licencias y posibles impuestos.
3. Desglosado al máximo. Cuanto más detallado esté el presupuesto, mejor. Por un lado, debe quedar reflejado el coste de la mano de obra, y por el otro, el de materiales. Estos últimos no subirán mucho si se tiene claro desde un principio lo que se quiere hacer y su aspecto final. Se recomienda escogerlos con antelación y conocer su precio en el mercado. En cuanto a la mano de obra, es importante que te digan cuántos operarios son necesarios y cuántas horas trabajarán, para ver si la proporción es adecuada. Todas las partidas deben quedar claras, y estar desglosadas por metro cuadrado y unidad.
4. A vueltas con los plazos. Todas las obras se retrasan. Es algo que seguro que has oído más de una vez. Siempre surgen imprevistos, ya sea con la fontanería o con la electricidad. Para evitar que una obra se dilate en el tiempo, la planificación es esencial. El profesional debe detallar por día o semanas cuánto tiempo le llevará cada tarea, e ir cerrando etapas. En el presupuesto se debe incluir una fecha de entrega que, en caso de ser superada, debe tener como consecuencia una indemnización.
5. Alternativas económicas. Todo el mundo sueña con lo mejor para su casa. El problema es que ciertas elecciones resultan muy caras. No obstante, existen métodos que prometen resultados muy aparentes sin que tengas que quedarte con los bolsillos vacíos. Por ejemplo, en las zonas alicatadas, generalmente cocina y baño, tirar los azulejos y colocar otros eleva el precio. Sin embargo, pintar sobre los mismos abarata los costes. Para los suelos, las baldosas de clic son un buen aliado, mientras que las placas de yeso laminadas pueden sustituir al ladrillo para crear divisiones.