Los precios de la vivienda disminuirán en casi todos los principales mercados de Europa occidental este año debido a los efectos económicos de la pandemia de covid-19, según el informe Government Job Support Will Stem European Housing Market Price Falls de S&P Global Ratings. La agencia de calificación de riesgo pronostica un descenso de entre un 3% y un 3,5% en España y espera que el precio no vuelve a aumentar hasta 2022.
S&P ha realizado un análisis del mercado residencial en Europa y las consecuencias de la crisis del covid-19. Los resultados arrojan un futuro esperanzador para los vendedores porque la compañía vaticina caídas mínimas del precio de la vivienda.
«Esperamos que los precios de la vivienda disminuyan entre un 3% y un 3,5% en Irlanda, Italia, España y el Reino Unido, un 2,5% en Portugal y entre un 1,2% y un 1,4% en Bélgica, Francia y Alemania», afirma Boris Glass, economista senior de S&P Global Ratings. «Solo en Suiza esperamos que los precios sigan aumentando mínimamente un 0,5% este año», puntualiza Glass.
En este sentido, S&P espera que los mercados se recuperen más rápido de lo previsto. De hecho, la agencia de calificación de riesgo prevé que el precio de la vivienda vuelva a experimentar un crecimiento a finales de 2022. Los planes de apoyo laboral a gran escala implementados por los gobiernos de toda Europa contendran el aumento de las tasas de desempleo y, por lo tanto, la caída de los precios de la vivienda, explica en este sentido Glass.
La rápida acción del Banco Central ha limitado el deterioro de las condiciones crediticias. Además, la política monetaria debería de continuar siendo extramadamente flexible y solidaria, incluso a medida que las economías se recuperan, señala el informe.
«Los hogares actualmente están acumulando grandes ahorros, lo que debería ayudar a apuntalar la recuperación de la economía y del mercado inmobiliario una vez que se levanten las medidas de contención de virus y las economías comiencen a regresar gradualmente a una apariencia de normalidad», afirma Glass.
Un pronóstico que podría ser revisado en los próximos meses si se produjera un nuevo rebrote del coronavirus en otoño o si el mercado laboral no responde a las medidas impuestas por los gobiernos europeos para evitar los despidos, según señalan en el informe.