La venta de una vivienda es una tarea ardua y más si se tiene en cuenta la gran cantidad de ofertas disponibles hoy en día en cualquier portal inmobiliario. Las últimas cifras de compraventa de casas en España tampoco dibujan un panorama fácil: tras la bajada interanual del 1,5% registrada en octubre, ya son tres meses consecutivos de caídas, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE) elaboradas a partir de datos de registradores.
Si queremos evitar que la transacción se alargue más de la cuenta –el plazo medio de venta de una vivienda en España es de 8,2 meses, según Tinsa– es esencial que no incurramos en fallos de principiante, como disfrazar las características reales del inmueble, publicar imágenes con mala resolución o dejar a la vista ese viejo sillón raído al que tanto cariño tenemos.
«El error más frecuente y más fácil de solventar suele ser hacer un anuncio de poca calidad. Cuando un particular vende su piso tiene que ponerse en contacto con personas que probablemente van a hacer la mayor inversión de su vida, lo que significa que no debe escatimar esfuerzos en sacar unas buenas fotografías y en hacer una buena descripción del inmueble para que el que acceda al anuncio pueda hacerse una idea muy clara y fehaciente de cómo es el piso», explica Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, que también señala la importancia de «fijar un precio que sea realista».
Para redactar el texto que informa sobre la casa, este experto aconseja «buscar un lenguaje que sea capaz de transmitir aquellos aspectos más positivos de la misma», como puede ser la ubicación, los servicios cercanos o la iluminación. Ismael Kardoudi, director de Estudios y Formación de Fotocasa, apunta que la descripción ha de oscilar entre las 300 y las 600 palabras y que una forma de escribirla es «describiendo lo que vamos encontrando paso a paso, como si hiciéramos un tour».
La descripción del inmueble debe tener entre 300 y 600 palabras
Pero ojo con recurrir a las típicas frases de «acogedor piso con encanto» o «no dejes pasar la oportunidad». Estas expresiones tan utilizadas pueden llegar a perder eficacia y dejar de llamar la atención del receptor. «Hay que huir de esos tópicos en cuanto a palabras muy manidas, pero sí que es cierto que una frase que engancha al principio y una llamada de acción al final van a hacer que ese anuncio genere muchos más contactos», defiende Kardoudi.
Otra de las claves es aportar la mayor cantidad de datos, algo que en plataformas como Housfy ayuda a posicionar los anuncios en las primeras posiciones. Albert Bosch, CEO y fundador de la firma, incide en que «algo muy importante y que nadie pone son los gastos de comunidad y el Impuesto de Bienes Inmuebles. Toda la información detallada viene bien: si tiene o no ascensor, si tiene vistas al mar o a la ciudad, etc.»
Si el contenido escrito juega un papel destacado, el soporte visual se convierte en elemento imprescindible. Y es que, en el proceso de venta de una casa, el dicho de que una imagen vale más que mil palabras encuentra su máxima expresión.
«La compra de un inmueble consta de una parte racional y otra emocional, donde la fotografía puede tener gran incidencia», corrobora Font. Kardoudi, de Fotocasa, coincide en que las fotos son «el motor principal por el que una persona va a solicitar más información o va a llamar por teléfono».
Despersonalizar
Y ahora viene la pregunta clave. ¿Cómo triunfar con las fotografías? El punto de partida es que, desde un punto de vista técnico, tengan calidad para que el usuario pueda ampliarlas y ver con detalle los distintos aspectos de la vivienda. Aquí la cantidad importa, así que cuantas más imágenes incluyamos, mejor. «Para una vivienda de unos 80 metros cuadrados podríamos hacer entre 15 y 20», dice Kardoudi.
Eso sí, hay que recordar que no estamos en Instagram, por lo que es fundamental que las fotos no hayan sido tomadas con efectos como el ojo de pez que deforman las proporciones.
Otra equivocación frecuente es hacer las fotografías con la casa desordenada y objetos personales de por medio. Lo ideal es aproximarse a lo que propone la técnica del « home staging», importada de Estados Unidos, que se basa en hacer un lavado de cara a la vivienda para mejorar su estética.
«Hay que descargar de elementos personales los espacios, no solo de fotos familiares sino también de imágenes religiosas, que pueden hacer que el usuario no se sienta identificado con lo que está viendo. Despersonalizar y hacer que nuestra vivienda sea lo más parecido a un piso piloto sería lo ideal», sostiene Ismael Kardoudi.
El vídeo también constituye una gran herramienta para conquistar a los potenciales compradores, si bien su duración óptima para mantener la atención es de unos 40 segundos.
Los trucos
Precio realista. Puedes hacer el mejor anuncio del mundo, pero si pides una cantidad fuera del mercado lo tendrás muy difícil para cerrar la transacción. «Hay gente que prueba con precios muy altos, pero es contraproducente. Nadie te lee, vas cayendo hasta el final en los portales y acabas desapareciendo», advierte Albert Bosch, de Housfy.
Orden ante todo. Muestra la casa con todo colocado en su sitio si no quieres espantar a posibles compradores.
Fuera tópicos. Evita expresiones manidas que no dicen nada y opta por información concreta del piso.
Aspecto neutro. Tus fotos familiares son un bonito recuerdo, pero guárdalas cuando hagas las fotografías del piso que vas a compartir en Internet.
Aprovecha el potencial del vídeo. No hace falta que hagas como el dueño de un chalet en Salamanca, que publicó las pruebas de cámara para un corto de suspense grabado en su hogar, pero sí es recomendable incluir un vídeo de corta duración.
Respuesta rápida. Estate atento a las solicitudes de información que te llegan y contesta con la mayor celeridad para que no se te escapen los clientes