La capital salmantina sumó 250 habitantes el año pasado, de acuerdo al informe que dio a conocer este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una subida pequeña, pero importante teniendo en cuenta la tendencia de los últimos años. El repunte de la población empadronada en la ciudad es el primero que se registra en 14 años y es un síntoma de que el problema de la despoblación comienza a remitir en la capital, al menos de momento. La principal causa que ha contribuido a poner fin a la caída de vecinos en Salamanca hay que buscarla en la vivienda. A raíz de la crisis económica se ha abaratado el precio, lo que ha frenado la marcha a localidades más cercanas en busca de casas más asequibles.
La ciudad ha regresado a los 144.000 habitantes, concretamente contaba con 144.228 a 1 de enero de 2019. Un incremento de 250 personas respecto a un año antes que representa un espaldarazo para la ciudad, que no vivía un incremento de la población desde 2003. Desde entonces, los descensos han sido constantes, alguno incluso por encima del millar. Una evolución que ha hecho perder a la capital 16.000 habitantes en 14 años, una décima parte de los residentes de 2003.