Patrimonio, arte, historia, cultura y gastronomía. Todo eso y mucho más es Peñaranda de Bracamonte, una ciudad que recibe al viajero brindando la hospitalidad de sus gentes y ofreciendo, además, visitas guiadas de carácter gratuito para descubrir cada uno de sus más bellos rincones.
Cabecera de la comarca más al este de la provincia salmantina, Peñaranda presume con orgullo del título de ciudad que le otorgó el rey Alfonso XIII en el año 1908 y del legado que dejaron en ella sus dos grandes mecenas, el conde don Gaspar de Bracamonte y Guzmán, y el editor y empresario Germán Sánchez Ruipérez.
El Conjunto Histórico de sus plazas porticadas está lleno de detalles en los que vale la pena detener el tiempo, desde los miradores acristalados hasta los capiteles historiados, y todo ello en un espacio que ha sido recientemente remodelado para que el peatón gane vida frente al tráfico rodado. A escasos metros de la plaza, en uno de los dos grandes ejes vertebradores del casco urbano como es la calle del Carmen, abre sus puertas la Casa del Arte con las colecciones permanentes de la pintora María Carrera y la “Peñaranda en miniatura” de Germán Alfayate, y con los lienzos del futuro conjunto iconográfico que el artista Alejandro Mesonero está creando para la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. El segundo de esos grandes ejes, la calle Nuestra Señora, lleva al visitante hasta la gran joya histórica y artística de la localidad como es la iglesia de las Carmelitas donde se conserva la mejor colección de bronces y pintura napolitana de toda la región.
La propia parroquia y las ermitas de San Luis y el Humilladero, la plaza Nueva con el bullicio de sus terrazas de verano, o el parque La Huerta donde se celebran conciertos y verbenas durante las fiestas de agosto son otros de los lugares con encanto en el municipio peñarandino.
Mención aparte merece, sin duda, la rica y variada gastronomía local que tiene su plato estrella en el tostón asado al horno de encina y que se complementa con una repostería artesanal que no deja indiferente a ningún paladar.
Las rutas de “tapeo”, con establecimientos que son ya todo un referente a nivel nacional, se suman a los innumerables atractivos que hacen de Peñaranda visita obligada.