La sangría demográfica sigue cebándose con la provincia salmantina hasta el punto de que uno de cada diez municipios perdió población en la última década. El abandono del campo, la elevada edad de sus habitantes y la emigración de los jóvenes a las ciudades en busca de mejores oportunidades laborales han hecho mella en 323 de los 365 pueblos que componen la provincia.
El contrapunto a esa “España vaciada’ lo ponen en Salamanca los 42 pueblos que, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), han ganado vecinos en los últimos diez años.
Se trata, en su gran mayoría, de municipios cercanos a la capital charra que en los últimos años han cambiado incluso sus espacios e infraestructuras para dar cabida a los nuevos vecinos, en su gran mayoría gente joven atraída por el menor precio de las viviendas. Es lo que ha ocurrido con la mayoría de localidades del alfoz, como Moriscos o Castellanos de Moriscos —que encabezan el ránking de crecimiento en la provincia— o como Carbajosa de la Sagrada, Villares de la Reina, San Cristóbal de la Cuesta o Santa Marta de Tormes. También la construcción de nuevas urbanizaciones cercanas a la capital han hecho que muchas familias de la capital ‘emigraran’ a pueblos como Buenavista o Carrascal de Barregas.