El anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de más estímulos monetarios para reanimar la economía de la Eurozona dará una vuelta de tuerca al efecto que la política monetaria tiene en la moneda común, en las finanzas públicas y también en el bolsillo de los consumidores. Uno de los efectos inmediatos del movimiento de la autoridad monetaria ha sido el desplome del Euribor a mínimos históricos, lo que prolongará en el tiempo las hipotecas baratas, y una rebaja aún mayor en el coste de financiación del Estado.
¿Hipotecas gratis?
La caída del Euribor, uno de los termómetros más fieles para medir la temperatura de la política monetaria, supone un abaratamiento de la mayoría de las hipotecas, llegando en algunos casos a rozar el coste cero. Se trata de aquellos créditos que se concedieron con diferenciales en el entorno del 0,20%, la mayoría firmados en los años previos al estallido de la burbuja. Los bancos, no obstante, han asegurado que no pagarán al cliente por el crédito pues consideran que se trata de una situación anómala del mercado. La nueva ley hipotecaria, a pesar de que elimina la cláusula suelo, también aclara y pone por escrito que las entidades aplicarán como mínimo un tipo del 0%.
Ahorro menos rentable
Frente al dinero extra que puede desbloquear la bajada del Euribor para las familias con hipotecas, los bajos tipos de interés suponen un recorte para los ahorradores. La rentabilidad de los depósitos bancarios, ya prácticamente inexistente, seguirá sin aparecer en las ofertas de los productos bancarios. Es más, las entidades podrían llegar a cobrar por sus depósitos a grandes depositantes como grandes compañías y la Administración pública, no así en el caso de los particualres. Esto se traduce en un trasvase de ahorros hacia la renta variable y los fondos de inversión. Ahora bien, el temor a la volatilidad de los mercados está haciendo que muchos ahorradores dejen su dinero en cuentas que no les rentan nada y asumiendo cierta pérdida de capacidad adquisitiva por efectod e la inflación.
El bono soberano, en mínimos
El tipo de interés que paga España por conseguir financiación en los mercados vuelve a estar en mínimos históricos. El anuncio de un nuevo giro hacia una política monetaria más laxa ha avivado la fiebre compradora de bonos nacionales y ha empujado la rentabilidad del bono español a 10 años al entorno del 0,3%. El «bund» alemán, de referencia en Europa, se mueve incluso en el terreno negativo del -0,3%, mientras el portugués también ha registrado sus valores mínimos, en el entorno del 0,5%.
Un euro a la baja
La prolongación de la política monetaria laxa del Banco Central Europeo (BCE) lleva como consecuencia inmediata un euro más débil frente a la otra divisa de referencia, el dólar. Esta fue precisamente la razón que llevó esta semana al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a cargar contra el BCE acusándole de mantener artificialmente baja la cotización del euro para favorecer sus ventas en el exterior. No obstante, la cotización de la divisa europea también está pendiente de la sucesión del presidente del BCE, Mario Draghi, que dejará el organismo el próximo mes de octubre. Al mismo tiempo, el dólar se ha visto empujado a la baja por el anuncio de la Fed de que bajará los tipos en caso de ser necesario para la economía.