La villa serrana de La Alberca es famosa, entre otras muchas cosas, por haber sabido conservar, presentar y promocionar sus seculares tradiciones participando en ellas todo el pueblo. Formando parte de estas, y sin duda en un lugar principal, figura la celebración cada 15 de agosto de la festividad de la Patrona, la Virgen de la Asunción.
Una celebración que este jueves ha congregado de nuevo a los albercanos en la iglesia parroquial para participar en la misa presidida por el párroco, Alfredo Fernández, con la presencia de la Corporación municipal encabezada por el alcalde, Miguel Ángel Luengo.
Finalizada la ceremonia religiosa, en el solano alto de la iglesia se formó la procesión que abren los tamborileros —Fernando Bares, Marcelino Pérez, Ramón Rodríguez y Pedro Muñoz— y a los que siguen los numerosos estandartes de las cofradías albercanas.
Desde la iglesia parroquial hasta la Plaza Mayor la imagen de la Virgen de la Asunción, portada por los cofrades, está acompañada ya por la música y los bailes de los mozos y mozas de La Alberca, transcurriendo por las calles que para la ocasión aparecieron de nuevo con sus balcones lucidos con antiguos y bien cuidados manteles y sábanas mostrando la riqueza y originalidad del bordado serrano.
Con la Plaza Mayor ya totalmente llena de público, tanto vecinos como cientos de visitantes, la imagen de Nuestra Señora es entronizada en la parte alta para dar comienzo al ofertorio que sigue un antiquísimo protocolo que arranca con el paso de la Corporación acompañando a los cuatro mayordomos —Isidro Luengo, Rocío Velázquez, Carmen Hernández y Francisco Luque—, para continuar con los miembros de la Cofradía.