Pese a que desde la Generalitat que dirige Quim Torra se obvien todos los indicadores económicos que reflejan la caída de la economía catalana desde el auge del independentismo, lo cierto es que hay hasta seis claves para mostrar que, efectivamente, los números no cuadran.

Empleo

El Ministerio de Trabajo ha sido el último en lanzar una alerta sobre la situación de la economía catalana. Y es que Cataluña registró la menor caída del número de parados en un mes de marzo desde hace ocho años, mientras que en el conjunto de España se ha registrado el peor mes de marzo desde 2014.

El número de desempleados registrados en el mes de marzo bajó en 902 personas, hasta alcanzar un total de 395.740 parados, una caída que supone un leve descenso del 0,23% respecto al mes de febrero. De hecho, en el último lustro, la región catalana ha pasado de liderar la reducción del paro en España a situarse, ya en marzo de 2019, por debajo de la media.

Crecimiento

La Comunidad de Madrid dio el ‘sorpasso’ a Cataluña en 2018 y la capital se mantiene como la región española que más aporta al PIB nacional. Con un crecimiento del 3,1% (seis décimas superior a la media nacional), Madrid logró arrebatar a Cataluña el primer puesto de la riqueza nacional en un año marcado por los coletazos del referéndum ilegal, la fuga de Puigdemont y la llegada a la presidencia de la Generalitat de Quim Torra.

La incertidumbre que genera esa tensión política en la economía impidió a Cataluña avanzar al mismo ritmo que los motores del resto del país en creación de riqueza y su PIB creció un 2,4%, cifra seis décimas inferior a la media del 3% nacional, según las estimaciones incluidas por el Colegio de Economistas en España 2018. 

Competitividad

Según el índice de competitividad fiscal que se realiza para todas las Comunidades Autónomas, Cataluña se situó en la última posición durante el 2018. Es decir, que la región catalana es la Comunidad que más castiga a sus habitantes. La doble imposición autonómica o la actual estructura del ‘Índice del Impuesto sobre la Renta’ y en ‘Impuesto sobre Patrimonio’ son algunos de los argumentos para afirmar que Cataluña es la región que más asfixia a sus ciudadanos.

Y es que hablar de Cataluña supone hablar de la Comunidad con los tipos marginales impositivos más elevados, y de la región en la que las rentas medias y bajas pagan más impuestos.

Este hecho, unido a la incertidumbre que supone la deriva independentista iniciada por Carles Puigdemont en octubre de 2017 y continuada por su sucesor, Quim Torra, ha propiciado que miles de empresas hayan huido de una región cada vez más castigada por el secesionismo.

Ventas al extranjero

Las ventas al extranjero están creciendo a un menor ritmo en Cataluña, con un 1,8%, que en el conjunto de España, donde crece al 3,2%, casi el doble. De hecho, las exportaciones catalanas comenzaron el año 2019 con una caída del 2% en enero respecto al mismo mes de 2018, siendo la tercera vez que las ventas de Cataluña al exterior caían en un mes de enero durante la última década.

Tal es la preocupación, que la patronal Asociación de Empresas Industriales Internacionalizadas (AMEC) advirtió que “Cataluña está perdiendo peso como la principal exportadora del Estado” y pidió “una estrategia de soporte a la internacionalización”.

Cabe recordar que ese mismo mes de enero las empresas catalanas vendieron mercancías por un valor de 5.707 millones, lo que supusieron 115 millones menos que un año atrás.

Matriculaciones

Otro síntoma de debilidad en Cataluña se observa en la compra de vehículos, donde la región fue el año pasado la única Comunidad Autónoma que registró cifras negativas. Cataluña reflejó una caída del 2,8% interanual, frente a un crecimiento medio de España del 7%.

El dato vuelve a contrastar con el crecimiento en una Comunidad que, poco a poco, se va beneficiando de la fuga de capital que sufre Cataluña: Madrid. Y es que, en el mismo tiempo, las matriculaciones aumentaron en la capital más de un 13%, situándose como la mejor región en este ámbito, que acumula ya el 34,5% del total nacional.

Inversión extranjera

La fase de desaceleración de la economía catalana se alargará en 2019 y 2020, según ha reconocido la Cámara de Comercio de Barcelona, que apunta a un crecimiento del 2,1% en 2019, medio punto menos que en 2018, y del 2% en 2020, lo que muestra el fin del ciclo alcista.

Uno de los principales factores pasa por la inversión extranjera directa que, mientras que en España se disparó el año pasado hasta los 46.827 millones en términos brutos, el 71% más que en el ejercicio precedente, en Cataluña cayó un 12%.

Entre 2016 y 2018, la Comunidad ha pasado de recibir 8.273 millones brutos a solo 2.985 millones. En medio del desafío soberanista, su peso en el total de la inversión foránea en España se ha desplomado desde el 31% al 6,4% en tres años, según datos del Ministerio de Economía.

Fuente: https://okdiario.com/economia/seis-datos-que-reflejan-caida-economia-catalana-desde-1-o-4008410