Londres rehabilita un refugio ante un escenario de «emergencia nacional» tras la salida de la UE. Se construyó en los años 90 bajo el Ministerio de Defensa y está conectado con Downing Street

Lo construyeron en los años 90, en previsión de un ataque nuclear. Es el búnker más notorio y «secreto» del Ministerio de Defensa, que hasta hace poco negaba oficialmente su existencia. Se le conoce con el nombre en clave de ‘Pindar’, y allí ha quedado establecido ya el cuartel general del Brexit en el caso del «no deal», la opción extrema que muchos temen.

Toda la atención había estado centrada hasta ahora en la‘operación Yellowhammer’ (martillo amarillo), que prevé el despliegue de hasta 3.500 soldados para garantizar los suministros básicos a la población. Poco se sabía sin embargo de la ‘operación Redfold’, que prevé el uso del famoso búnker en previsión de una «emergencia nacional» causada por el «portazo» de salida de la UE.

La elección de los nombres ha sido «aleatoria», según el Gobierno británico, pero a nadie se le escapa que el «martillo amarillo» (el escribano cerillo) y el «pliegue rojo» tienen una clara connotación de alerta o peligro. Por no hablar de la más que simbólica elección de un búnker antinuclear en pleno centro de Londres.

El único atisbo hasta ahora logrado del complejo subterráneo de galerías conocido como ‘Pindar’ se lo de debemos al fotógrafo David Moore, que tuvo acceso privilegiado para su serie ‘The Last Things’ (‘Las últimas cosas’). El búnker es una versión puesta al día de las Habitaciones de Guerra de Churchill, habilitadas en su día bajo la Secretaría del Tesoro, en los momentos críticos de la Segunda Guerra Mundial.

El nuevo refugio subterráneo fue construido en los años 90 en los bajos del Ministerio de Defensa, al otro lado de Whitehall. El búnker está conectado con Downing Street, por si tuviera que escapar el primer ministro o primera ministra, que en caso de una emergencia recibiría el tratamiento de «principal» (director o directora de colegio)

El complejo cuenta con varios dormitorios y baños, salas de reunión, estudio de televisión y una pantalla gigante. Costó el equivalente de 150 millones de euros y fue cuestionado en su día como un vestigio innecesario de la Guerra Fría. Nadie había oído hablar entonces de esa amenaza interior llamada Brexit.

«Estamos siempre dispuestos a ayudar al Gobierno a planear cualquier escenario», fue la respuesta de una portavoz de Ministerio de Defensa ante las primeras noticias sobre la existencia del búnker del Brexit, reveladas por Sky News y difundidas horas después por todos los medios británicos, aprovechando la última «escapada» de Theresa May a Bruselas.

La ‘premier’ autorizó en su día la máxima implicación del Ministerio de Defensa en el planeamiento de la respuesta ante el posible «no acuerdo». Un centenar de expertos militares se han «empotrado» en los últimos meses en varios departamentos gubernamentales, de la Oficina del Gabinete a la Secretaría de Comercio, en el así llamado ‘Redfold Crisis Team’, mano a mano con el personal civil especializado en logística.

Fuentes del Gobierno británico aseguraron a Sky News que el próximo lunes es el día marcado para el «alto nivel de preparación» ante el «no deal». La BBC asegura que el búnker se usa ya ocasionalmente como centro de «gestión de crisis» y que su misión sería coordinar los esfuerzos a nivel nacional en el caso de un «no acuerdo».

El ministro de Defensa Gavin Williamson confirmó en diciembre que 3.500 soldados, tanto regulares como reservistas, estarán «en situación de alerta» en los días precedentes al 29 de marzo, la fecha que inicialmente estaba prevista para el Brexit. Se estima que unos 200 soldados tendrían como misión conducir camiones cisterna con combustible a las gasolineras si fuera preciso. El suministro de agua, alimentos, productos básicos y medicinas sería también otra de las prioridades de la «fuerza de choque» del Brexit.

Los soldados podrían desempeñar también un papel para evitar el colapso del tráfico. Las bases militares en el sur y el este de Inglaterra podrían ser habilitadas como aparcamientos temporales, para aliviar los atascos en las autopistas y en los puertos. La presencia militar sería también inevitable en las aduanas.

Se estima que el Ministerio de Defensa ha gastado unos 27 millones de euros en el almacenamiento de combustible, comida, repuestos y municiones, en el caso de que las cadenas de suministro se vean interrumpidas. Desde enero, la preparación para el Brexit está considerada como «alta prioridad» para el departamento, que ha realizado varios simulacros para ultimar la preparación por si llega el día «D» del «no deal».

La ‘operación Yellowhammer’, en la que participan 5.000 personas y en 30 departamentos, ha identificado entre tanto 12 «áreas de riesgo» que podrían verse afectadas en el peor escenario posible. El Gobierno británico, que ha destinado 1.800 millones de euros a los preparativos, ha sido acusado de usar una mezcla calculada de alarmismo y secretismo, propiciados por esa «mentalidad de búnker» con la que Theresa May sigue anclada en Downing Street.

Fuente:https://www.elmundo.es/internacional/2019/03/23/5c950c03fc6c831c5f8b4677.html