Hace décadas, Estonia empezó a desarrollar un programa de gobierno electrónico que ha permitido reducir y simplificar los trámites burocráticos de manera significativa. En el pequeño país báltico es posible votar o acudir a una consulta médica sin salir de casa, todo a golpe de clic. Por tanto, no sorprende que su regulación fiscal sea la más sencilla de la Unión Europea.
Para ser precisos, el Banco Mundial estima que una empresa media ubicada en Estonia pierde 5 horas al año completando los trámites ligados al Impuesto de Sociedades. Irlanda, el segundo país que mejor resultado obtiene, requiere 12 horas de papeleo por este mismo concepto. Completa el podio Chipre, con 19 horas de trámites anuales.
Hay otros países cuyo sistema fiscal es razonablemente amable con los empresarios, al menos en lo tocante al tiempo que dedican a cumplir con las obligaciones tributarias vigentes. Aunque no forma parte de la UE-28, el Banco Mundial ha estudiado los números de Suiza y ha encontrado que su Impuesto de Sociedades requiere un promedio de 15 horas de papeleo anual. También es razonablemente satisfactorio el resultado de Luxemburgo (19 horas), Bélgica (21 horas), Finlandia (21 horas) o Países Bajos (21 horas).
España: 33 horas al año
¿Qué hay de nuestro país? España figura en el puesto 12 del ranking. Los técnicos del Banco Mundial estiman que la empresa media dedica 33 horas al año a cumplir con los distintos trámites del Impuesto de Sociedades. Estamos peor que Francia, donde esta cifra llega a las 28 horas, pero mejor que Italia o Portugal, donde el tiempo perdido es de 39 y 63 horas, respectivamente.
El resultado del país luso es uno de los peores del índice. No obstante, hay dos socios europeos con peores cifras. Se trata de Grecia, donde se pierde 78 horas al año por este concepto, y de Eslovenia, donde el papeleo anual ronda las 86 horas en el supuesto de una empresa media.